“Estoy aquí, Dios mío, ¿Me buscabas? ¿Qué querías de mí? No tengo nada que darte. Desde nuestro último encuentro, no he puesto nada a un lado para ti. Nada… ni siquiera una obra buena. Estaba demasiado cansada. Nada, ni siquiera una buena palabra. Estaba demasiado triste. Nada, sino el disgusto de vivir, el aburrimiento, la esterilidad”.

“Dámelos”.

“El sopor de mi alma, los remordimientos de mi flaqueza, y la flaqueza más fuerte que los remordimientos…”

“¡Dámelos!”.

“Turbaciones, sustos, dudas…”.

“Dámelos”.

“Señor, pero entonces Tú, como un trapero, recoges las sobras, las basuras. ¿Qué quieres hacer con ellas, Señor?”.

“El Reino de los cielos”.

Marie Noël (1883-1967)