Breve Historia de Nuestra Comunidad
Las primeras noticias que tenemos sobre nuestra historia se remontan al año 1446. Antes de llegar a ser una comunidad de Hnas. Clarisas fuimos un beaterio y, más tarde, una comunidad de Isabelinas. En el año 1611 abrazamos la Regla de Santa Clara.
Beaterio: El 13 de Mayo de 1446 Doña Juana García de Lequedana, vecina de la villa, dejó manifestado en su testamento que “su casa y la iglesia de San Pedro fueran para alguna buena persona de santa y buena vida religiosa”. Según la tradición, se la considera como fundadora de un Beaterio en la casa e iglesia de San Pedro, que, al parecer, mandó edificar ella misma. En 1552 eran ya ocho mujeres las que habitaban en el beaterio.
Isabelinas: En este mismo año de 1552 pasaron a la Tercera Orden de San Francisco, profesando la Regla de Santa Isabel y perteneciendo a la Provincia de Cantabria, hoy nuestra Señora de Arantzazu. En 1564 se vieron afectadas por el incendio que destruyó toda la villa de Salvatierra. De su casa e iglesia no quedó más que una parte de la muralla y un retazo de pared. No teniendo ningún sitio donde vivir, acudieron al Ayuntamiento, que las acogió en la casa e iglesia de San Martín. Allí estuvieron mientras reedificaron, con sus propios bienes, su casa e iglesia.
Época difícil: Entre l593 y 1611 la Comunidad pasó gran pobreza y necesidad. Tanto es así que el Provincial de los Franciscanos quiso trasladarlas y repartirlas entre otros conventos. En 1599 la villa quiso fundar un Convento de Franciscanos en la casa e iglesia de San Pedro, queriendo trasladar a las Beatas a la ermita de la Magdalena, situada también en la villa. El proyecto no se pudo llevar a cabo por la fuerte oposición del Cabildo de Salvatierra.
Fundación: En 1611 eran solamente cuatro beatas. El 23 de Junio vino a visitarlas el Padre Provincial Fray Juan de Santander. Viendo su reducido número y la gran pobreza en la que vivían pensó llevarlas a otro lugar. Hechas algunas diligencias dio con la solución definitiva:
El 29 de Junio de 1611 el Padre Provincial trajo del Monasterio de Hermanas Clarisas de Vitoria a Doña Antonia Manrique de Arana, como Abadesa, y a Doña María de Cucho, como Vicaria y Maestra de Novicias, para llevar a cabo en el beaterio de San Pedro la Fundación de un Monasterio de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara.
Durante cuatrocientos años la Comunidad fue creciendo y consolidándose en el carisma de Santa Clara. Este florecimiento les obligó a emprender varias obras de ampliación y mejora tanto de la casa como de la iglesia, costeándolo todo, siempre con mucho esfuerzo, con sus propios medios. En los siglos XVIII y XIX, la Comunidad sufrió por causa de las guerras y se vio obligada a abandonar el Convento en diversas ocasiones, siendo acogidas por otras Comunidades cercanas.
A pesar de todos estos avatares, la Comunidad continuó creciendo en su convento original de Salvatierra-Agurain.
Obras de rehabilitación
A lo largo de los años el Convento se ha visto afectado por el paso del tiempo y se ha ido deteriorando. Debido a esto, se fueron realizando continuas obras de rehabilitación, pero llegó un momento en el que el serio deterioro de la estructura del Convento no podía ser solucionado con reformas parciales, por lo que nos vimos obligadas a emprender una obra de rehabilitación importante en todo el edificio.
Hacía años que nos urgía arreglar el tejado y poner un ascensor. Para ello se vio necesario comprobar cómo estaba la estructura del edificio; fue ahí donde nos encontramos con la ‘sorpresa’ de que ésta corría peligro de derrumbe, además de carecer de adecuada cimentación. El proyecto inicial se fue complicando y nos vimos obligadas a derruir el interior del convento y reconstruirlo de nuevo. Aunque superaba nuestras posibilidades, vimos la necesidad inevitable de afrontar esa obra y conseguir, además, facilitar la vida de las hermanas mayores. Igualmente, habíamos decidido acoger en esta casa a otra comunidad de hermanas que nos había pedido fusionarse con nosotras; para ellas también estábamos haciendo sitio.
La obra de reforma también afectó a nuestro obrador, que necesitaba ser adaptado a la normativa vigente: la solución fue la construcción de un nuevo obrador situado bajo nuestro jardín.
Esta obra fue gestándose durante algunos años hasta que, finalmente, comenzó en el año 2009, viéndose completamente finalizada en el 2014. De este periodo tres años tuvimos que vivir fuera del Convento.
Acogida de las hermanas de Loiu
En el año 2008 la Madre Mercedes Otaño, abadesa de la comunidad de Hermanas Clarisas de Loiu, se puso en contacto con nosotras para iniciar un proceso de conocimiento recíproco y discernir la posibilidad de una futura fusión. Durante tres años se estableció una relación de ayuda, apoyo y enriquecimiento mutuo que tuvo como culmen la fusión definitiva de las dos comunidades.
El 16 de julio del año 2013, coincidiendo con el final de las obras de rehabilitación de nuestro convento, las seis hermanas que formaban en ese momento la comunidad de Clarisas de Loiu se trasladaron a Salvatierra-Agurain. En la actualidad la comunidad está formada por 23 Hermanas.